martes, 10 de noviembre de 2009

El último vómito del maldito Charles Bukowski


“Fragmentos de un cuaderno manchado con vino” reúne material publicado en revistas under y no tanto entre 1944 y 1991. Son 36 textos que van de la prosa al poema y del ensayo al experimento de estilo. Es “el eslabón perdido” de un autor clave del siglo XX.

Quince años después de enterrado, la panza del escritor norteamericano Charles Bukowski (1920-1994) vuelve a inflarse para eructar 36 piezas de valor histórico con palabras como hojas Gillette y un vaho al mejor vino barato de todos los tiempos. Publicado por editorial Anagrama, el libro “Fragmentos de un cuaderno manchado de vino” (2009) reúne ensayos, su primer relato, prosa metafísica, comentarios de libros y manifiestos donde Hank -como le decían sus amigos- resume su Ars poética: “Las palabras eran balas, las palabras eran rayos de sol, las palabras se abrían paso por entre la muerte y la perdición”.

Dentro de los hallazgos que le dieron el mote de eslabón perdido a este libro –John Martin de Black Sparrow Press lo denominó así, y el hombre tiene piso para hacerlo porque fue él quién apostó por Bukowski al darle un sueldo vitalicio cuando Hank resistía la vida con un empleo mugroso en correos- se encuentra la primera encarnación del alter ego literario de Bukowski, Henri Chinaski, quien en el relato de 1946 “La razón detrás de la razón” debuta como Henri Chelaski, un tipo brutal que apunta de humor negro alivia su absurda visión existencial: “El suicidio era mi mejor arma. Pensar en ello me daba cierta paz”.

LA SOLUCIÓN PORNO

“Consecuencias de una larga nota de rechazo”, el primer texto publicado por Hank, vio la luz en la revista Story en el año 1944. Es el primer golpe de una serie de ganchos a la mandíbula que trae este libro de 360 páginas y que contiene textos de publicaciones marginales como “Matrix”, “Trace o Los Angeles Free Press”. En la mayoría de ellos se lee su bronca contra la sociedad y su trabajo de ocho horas diarias y su redención en la escritura, el alcohol y alguna entrepierna.

“En defensa de cierta clase de poesía, cierta clase de vida, cierta clase de criatura llena de sangre que algún día morirá” (publicado en Earth en 1966) escribe: “Fíjate en la primera persona con la que te cruces por la acera: el color se le ha ido de los ojos; la manera de caminar es burda, violenta, fea; incluso el pelo de la cabeza parece crecerle de un modo enfermizo”.

En los setenta y ochenta el viejo se hace conocido. Lo entrevista Andy Warhol para la revista Rolling Stone, el filme “El borracho” con Mickey Rourke le tira los perros de la fama y empieza a escribir para Penthouse y Hustler.

“Por fin, tras décadas de cuartitos, bancos en el parque, los peores empleos, las peores mujeres, algunos de mis escritos empezaron a colarse, mayormente en las publicaciones porno. Vi que las publicaciones porno eran una salida estupenda: podías decir lo que quisieras y cuanto más directo, mejor. Sencillez y libertad al fin, entre las lustrosas fotos de coños”, anota en “Entrenamiento básico”, el último texto del libro. Publicado en enero de 1991 en la revista Portfolio el viejo se despide como empezó: “Quería perdurar pese a las trampas, morir ante la máquina con la botella de vino a mi izquierda y, pongamos, Mozart sonando en la radio a mi derecha”.


Texto escogido



Cómo viviré mañana

“Estoy aquí sentado, borracho, preguntándome cómo y dónde viviré mañana. El callejón no es sitio para un hombre que ansía la intimidad de sus pensamientos. Dicen que soy un buen poeta y manejo bien el pincel, y recibo cartas perfumadas de mujeres lejanas, pero estoy preparado para los cuervos contra el sol de mi razón, mientras escucho a Rachmáninov en la radio que mañana tengo que empeñar, te digo que somos todos locos e inadaptados y los funcionarios de la universidad que enseñan poesía desde las ventanas de campus tranquilos y polvorientos nada saben de estas paredes ni de las caseras del sur de Hollywood ni de los rostros destrozados en los callejones donde las palabras de Rimbaud o Rilke no valen ni cinco centavos, donde todo el amor del hombre y la vida no llegan siquiera a rollos de papel que aletean como nuestras sábanas, no llegan siquiera a las ratas que nos conocen y comparten nuestras callejas, nuestras pequeñas derrotas de las que nadie ha oído hablar”.


Rescatado Diario La Nación 10 de Noviembre 2009

No hay comentarios: