sábado, 11 de febrero de 2012

Bitácora

La verdad nos hace libres, eso dicen. Marixu sabía de esas cosas, de liberaciones. En este instante me acuerdo de Dante, un amigo perdido en la vorágine nocturna de Iquique. La última vez que lo vi fumaba sentado en la playa de Cavancha recuperandose de la borrasca de la noche anterior. Dante era un tipo magnífico, uno de esos sujetos que se topa uno sólo una vez en la vida. Extraño, espontáneo, maldito en sus definiciones y entrañable. Su historia es larga y no voy a contarla ahora, pero me acuerdo por eso de las verdades. Siempre fue terriblemente honesto, algo muy raro en estos tiempos. La falta de verdad nos enturbia la mirada. No me gusta que me mientan, prefiero la verdad cruda y salvaje.
Las cosas siguen igual, trabajo y más trabajo. Es como una apuesta, hasta donde mierda aguantamos, pero bueno, no es lo que deseaba escribir hoy. Eso del cansancio es una historia inagotable, una suerte de epidemia, la esclavitud del siglo 21. Shit!, casi nada que hacer. Digo casi, porque hay una luz, tenue eso si, pero se ve, por allí... Hay algunos que optaron por actuar, no son muchos como uno quisiera, pero ahí están. Me han llamado y hemos hablado de cosas, muchas cosas y estamos de acuerdo, era que no! Esas realidades son las que me entusiasman, las que me dejan un sabor nuevo en la boca. Uno respira mejor se han dado cuenta?
Espero no dejar pasar tanto tiempo sin visitar este blog. El tiempo, el maldito tiempo que me falta... Einstein estaba equivocado.

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