La vida amenaza. Se presenta tan esplendorosa y terrible,
tan frágil y fuerte a la vez. La vida al
otro lado de la puerta, la vida mostrándose a través de la ventana con ese
soplo avasallador, impúdico y misterioso. La vida amenaza.
Así me siento, amenazado. Por quién amaste con corazón y
tripas, amenazado por esta extraña tós que lacera mi pecho y mi seguridad y por
este dolor de cabeza interminable que me lleva a límites desesperados. El mundo
amenaza allá afuera. Dónde encontraré un refugio? Ya no hay casa ni lugar en
donde descansar mis huesos. Todos los cariños están dispersos, lejanos y mudos.
No hay cosa peor que la indiferencia y el olvido. Pido cualquier cosa menos
eso.
Escribo esto porque sospecho un final abrupto, un corte total
que se llevará mi precaria historia. Por eso es la urgencia. La maldita
urgencia de prevalecer en algo, en un par de garabatos escritos en este túnel
húmedo y con los pies mojados.
Lo estuve intentando un tiempo, tenía la magia de mi lado,
misma que se marchó hace rato ya. Estuve dando vueltas por ahí. Pasé de ser un
sujeto anónimo a uno más del séquito cuasi famoso. Pero sólo llegué hasta ahí.
No sé qué pasó. Me fui en cierta forma, abandoné la adulación. Eso de quererse
tanto me descompensa. Yo buscaba otra cosa, un plan de ataque, una conclusión,
un estudio, una ayuda básica. Pero nos amábamos demasiado y el amor perdona
todo no? Tanto amor aburre a la larga. Hay que odiar y segregar veneno de vez
en cuando.
Hace tiempo decidí parar. Me voy. No sé bien a donde, pero
estoy convencido que debo parar. Muero aquí, lo sé y lo siento, y estoy muy
viejo para tanta huevada. Un hombre tiene ciertos límites. Existe esa mínima
dignidad que te hace levantar la mirada y decir no más.
No sé qué tan mal tipo he sido y supongo que muchos me
reputearan por ahí. Si algo he sido es ser leal con los míos. Nadie puede decir
lo contrario.
Si la muerte viene a visitarme cualquier día de estos le
sonreiré con una copa en la mano y en la otra un cigarrillo.
Sepan uds que amé y odié con delirio y eso fue suficiente.
Tengo libre la conciencia de sentimientos falsos.
Y ahora que ya casi se acaba el año, otro más por la puta
madre. Ahora que ese médico de mierda dice que tengo depresión cuando la verdad
me he sentido así toda mi existencia. Ignorante de la realidad, eso es este
doc. Ahora que todas esas busquillas de medias caladas se fueron a sus casas
dejando la plaza vacía. Ahora que no hay una copa de vino sino dos, ahora
respiro.