sábado, 30 de noviembre de 2013

Acuarela

      ¿Qué más se puede hacer?
       Somos como cometas rumbo al sol sin saber si sobreviviremos a ese encuentro incandescente. A veces los milagros suceden, rara vez, pero pasan. Uno se para de otra forma, mira de otra forma, existe la ilusión. Entonces apretamos los puños y peleamos por ella, que no se desvanezca es la idea y te das cuenta que corres contra el tiempo, que te sobrepasa la vida y sus inutilidades.
      Tanta divergencia para una misma cosa, la que todos buscamos y que para algunos nunca llega. Es que las soledades reinan por estos lados y me asusta aquello. Porque nada es fácil, eso lo dije alguna vez también, y se cae en los mismos horrores, piedras que se repiten y tozudamente nos hacen tropezar de nuevo. Así es que pareciera que cuando todo se acaba, que esas nubes densas no disiparán jamás, te sientas por allí a ver la gente pasar girando la cabeza para que nada se escape a tu mirada y ya casi te marchas. Y de pronto, allí está...

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