domingo, 28 de agosto de 2011

Cambios


Existen ciertos cambios que son necesarios. El hacer un punto aparte justo a tiempo frente a la rutina indiferente, la impotencia y la desdicha. Un cambio drástico de trabajo, de ciudad, hasta de amigos, provoca el renacer de la capacidad de asombro. La perplejidad necesaria para reencantarse con el mundo cuando éste apesta más de la cuenta.

Cuando al territorio lo transforman y nos impiden habitarlo. Cuando el progreso mal entendido subyuga nuestras tradiciones y costumbres. Toda nuestra precaria cultura. Hasta nuestras más básicas y rudimentarias formas de sobrevivencia. Allí es necesario e imperioso el cambio. El traslado desde esos lugares desérticos hacia una nueva tierra fértil y promisoria.

Y la travesía debe hacerse en silencio cual rito fúnebre. Una suerte de duelo por la muerte que va quedando atrás. Porque cada cambio es la muerte de viejos deseos y el renacer de otros nuevos. En definitiva la muerte siempre implica, aparte del dolor cauterizado por el llanto, el florecimiento de otras esperanzas, de nueva vida. Existen otros horizontes que debemos perseguir en nuestro cambio de timón. En algunos casos, la búsqueda de la verdad última, el amor verdadero, la dignidad y justicia perdidas. En otros, la creación como sustento de ideas y desarrollo, en definitiva, provocar el relato del entorno para preservar la memoria.

viernes, 19 de agosto de 2011

Bitácora


Hace tiempo no aparecía por acá. Creo que los viajes a la larga pasan la cuenta. Nada es gratis dice Piñera. Esa es la verdad cruda del mundo en que estamos.
Soledades y un amigo perdido
La vida no puede ser esto me dijo y se marchó. Nunca más lo he vuelto a ver. Hoy estaba de cumpleaños y quise saludarlo, pero se lo tragó la tierra. No estaba en el trabajo que le conocía. La mujer tras el teléfono no supo entregarme más detalles, aparte de que había renunciado y llevado todas sus cosas. El celular de la mujer que le conocí sonó por minutos y nadie contestó. ¿Se habrá muerto? Odiaba la vida que llevaba y nunca pensé que eso de desaparecer lo iba a hacer en serio. Hoy cumplía 46 y no lo pude saludar, es cierto que estábamos algo alejados, que las familias agobian un poco, que los trabajos, que no hay tiempo para unas copas, que el viaje es muy largo, que hace frío, que estoy cansado… El mundo va rápido y hay que tener cojones para seguir en él. No sé qué fue de mi amigo. Saludos para él donde quiera que esté. Feliz cumpleaños amigo.